CalculadoraDesde hace mucho tiempo, el concepto de TAE (Tasa anual equivalente) es usado para comparar diferentes productos financieros, ya sean de ahorro o de financiación. Pero como algunos ya sabrán, la TAE no incluye todos los gastos referentes a la operación financiera. En ésta entrada voy a explicar el concepto de TAE y de TIR (Tasa interna de rentabilidad) para que conozcáis un poco más estos vocablos financieros y no os llevéis sorpresas a la hora de trabajar con ellos en vuestra entidad financiera.

TAE (TASA ANUAL EQUIVALENTE)

La Tasa Anual Equivalente mide la rentabilidad referida a periodos anuales de la operación financiera (hipoteca, depósito, etc.). También se conoce como “tipo de interés efectivo”, ya que incluye gran parte de los gastos de la operación, pero no todos, solamente los referentes a la entidad, en la TAE no se incluyen gastos a terceros, como pueden ser Timbres, Corretajes, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, etc. Con el siguiente ejemplo de la OCU será más fácil entenderlo:

“Feliciano ha decidido comprarse una vivienda en el centro. Mirando los ahorros que tiene, piensa que todavía le faltan unos 100.000 euros. Su banco le ofrece un préstamo hipotecario a 10 años con las siguientes condiciones: tipo de interés nominal del 5% y TAE del 5,46%. Como no le parece mal el T.A.E. (tipo anual equivalente) decide aceptarlo. Lo que no sabe Feliciano es que en el cálculo del TAE de los préstamos, según establece el Banco de España, sólo se incluyen los gastos que el consumidor paga a la entidad financiera, pero no todos los demás que influyen, y mucho, en el coste real del préstamo, a saber: la tasación de la vivienda, las minutas del notario y del registrador, la gestoría, los seguros que exigen las entidades (incendio, amortización de préstamo), el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados… En el caso de su préstamo, si se añaden todos esos gastos pueden llegar a sumar unos 1.900 euros.”

La TAE tampoco tiene en cuenta aspectos que a primera vista pueden ser de poca importancia, pero que financieramente sí que son relevantes para ver la rentabilidad de la operación. Uno de estos factores es que las comisiones de apertura se pagan anticipadamente, dinero que tras pagar no se podrá ahorrar para obtener una rentabilidad, ni tampoco tendrá en cuenta en las operaciones de descuento los mínimos de comisiones ni el mínimo de días de intereses.

Se recomienda al consumidor seguir unos consejos sobre el uso e interpretación de la TAE:

1.- Debido a las comisiones entre un préstamo u otro de diferentes plazos, se recomienda el uso de la TAE sólo para comparar aquellos préstamos que tengan un mismo plazo temporal.

2.- No comparar nunca la TAE de un préstamo fijo con el de un préstamo variable, ya que la T.A.E. de éste último es otro concepto (Tipo Anual Efectivo) y al ser un préstamo con tipos de interés variables, será un T.A.E. teórico. En el caso del préstamo variable no se sabe a priori los movimientos que seguirá el índice de referencia para el cálculo de la TAE.

3.- La TAE de una hipoteca no incluye otros gastos que son mucho más importantes que los gastos que se incurren en un préstamo personal. Por lo tanto, la TAE de dichos productos no es comparable entre si.

TIR (TASA INTERNA DE RENTABILIDAD)

Definición: Tasa interna de rentabilidad. Tipo de descuento que iguala, en valor actual, los flujos de caja (entradas y salidas de dinero) positivos y negativos generados por un activo financiero o proyecto de inversión. Es la tasa de interés que, utilizada para descontar todos los flujos de un instrumento, hace que su Valor Actual Neto (VAN) sea cero. Es el tipo de interés más utilizado en ciertos mercados (bonos, préstamos). Generalmente, se refiere a una tasa anual, por lo que en instrumentos bancarios se lo denomina T.A.E. (tipo anual efectivo).

Es decir, actualiza (trasporta a día de hoy) todos los movimientos de dinero del producto financiero o proyecto de inversión. Si ha día de hoy, esos movimientos me dan un valor negativo (VAN) debo rechazar la operación, si el valor es positivo la operación puede ser beneficiosa para nuestros intereses. Para cada instrumento financiero, esta tasa es única. La TIR supone que los tipos de interés a los que descontamos cada flujo son constantes e iguales (por ejemplo, ingresos de 100€ cada mes y pagos de 300 € cada semestre). Éste último aspecto de la TIR es su mayor inconveniente, ya que resulta muy difícil que los flujos descontados de una operación financiera sean reinvertidos al mismo tipo de interés (los intereses del plazo fijo o IPF del año pasado no los puedo reinvertir en el mismo IPF).

La TIR, al contrario que la TAE sí que incluye los gastos a terceros.

A la hora de comparar bonos, aquel con mayor TIR será el más rentable. En el caso de un préstamo, aquel con una TIR mayor será más costoso. Se puede observar claramente la diferencia entre la TAE de un préstamo y la TIR del mismo préstamo, sobretodo en caso de que la duración del préstamo sea corta, ya que la TIR es mucho mayor que la TAE. Esto se debe a que la TIR incluye los gastos que la TAE excluye de su cálculo.

TRE (TASA DE RENTABILIDAD EFECTIVA)

Cuando calculamos la TIR de una inversión estamos suponiendo que los flujos intermedios se van a invertir al mismo tipo (interés) de la TIR, pero es fácil de deducir que este es un cálculo que realizamos al principio de la inversión. Si al final de la inversión volvemos a ver la rentabilidad real que hemos obtenido teniendo en cuenta a qué tipos de interés hemos podido reinvertir los flujos intermedios, hasta el final de la inversión, vemos que la rentabilidad es distinta. Es decir, si logramos invertir los flujos intermedios de la operación de ahorro a un interés mayor que la TIR, el beneficio habrá sido mayor, por tanto, la TRE también será mayor que la TIR.

La Tasa de Rentabilidad Efectiva es la tasa que obtiene el inversor con la operación financiera, calculada al final de la operación y teniendo en cuenta que los flujos intermedios los ha tenido que reinvertir hasta el final de la operación. La TIR cuando no hay flujos intermedios es igual a la TRE.

Estamos hablando de conceptos bases de finanzas y muy usados en el día a día. El hecho de confundir un concepto con el otro o de no saber a que gastos se refieren cada uno, puede suponer un pérdida importante de dinero, más aun si repetimos el mismo error muchas veces. Con la ayuda de un analista financiero, puede evitar dicha pérdida de dinero, además de obtener consejos sobre su situación financiera y cómo mejorarla.

Jaume Albors Giménez.

Asesor financiero freelance.

Fuentes: Rankia.com , elaboración propia.

-