En los primeros días de Ene¿Y ahora dónde invierto?ro, el Banco de España dio la recomendación a los bancos de limitar los intereses que pagaban a sus clientes por los depósitos fijos que éstos tenían en las entidades. Fue una noticia no muy comentada, principalmente porque ningún banco puso pega alguna y no se quejaron porque ésta medida tomada por el Banco de España les beneficia, les ahorra trabajo de gestión para conseguir unos intereses más altos o esa diferencia se la quedan ellos mismos. Un acto más que demuestra que los poderes de España no gobiernan para la ciudadanía, sino que solo se preocupan de unos pocos, en este caso, los bancos.

Aún se pueden conseguir intereses más altos que los presentes en la  “recomendación” del BdE, incluso mediante depósitos fijos, pero suelen ser ofertados por bancos extranjeros, desde el Banco Espíritu Santo de Portugal u otros bancos del centro de Europa.

El problema viene cuando si mediante la contratación de un depósito fijo a un año nos dan un interés de 1,75% – 2% y el IPC sube un 3%, el dinero invertido en ese depósito fijo ha perdido valor, con lo que no es un buen negocio. Esto fuerza a los clientes a contratar otros productos más arriesgados para obtener un incremente real de sus ahorros y viendo la cantidad de problemas que han acaecido durante años en España referentes a productos financiero (caso de las preferentes, inversión en productos mobiliarios, etc.) la confianza del ahorrador medio en el sistema financiero es escasa, lo que provoca que tenga una alta aversión al riesgo y prime la seguridad frente a la rentabilidad.

«Aún se pueden conseguir rentabilidades más altas, incluso contratando depósitos fijos, ofertados por bancos extranjeros»

Pero la seguridad, en estos momentos, nos cuesta dinero y no un coste de oportunidad de poder ganar más, sino que ahora tenemos pérdidas por tener nuestro dinero en un producto considerado financiero (es como los inversores que compraban deuda pública a Alemania a un interés del negativo, es decir, los inversores pagaban a Alemania por invertir en su deuda, ya que se considera un producto seguro).

También cabe señalar la existencia de las finanzas éticas y solidarias. Las entidades con ésta ideología, usan el dinero como herramienta para conseguir unos objetivos, no para conseguir más dinero. Si un cliente de una entidad financiera ética contrata un depósito fijo a un año, además de conseguir el mismo o parecido interés que en cualquier entidad financiera tradicional, podrá saber dónde se invierte ese dinero y tendrá la seguridad de que dicho dinero va destinado a fines que mejoran el bien común de la sociedad, no sólo a unos cuantos.

Ante este panorama y con la intención de obtener el incremento deseado de nuestros ahorros, de hacerlos trabajar para conseguir una meta, un objetivo y conocer las diferentes opciones de inversión, lo mejor es ponerse en manos de un asesor financiero que nos ayude a conseguir dicho objetivo.

Jaume Albors.

Asesor Financiero Freelance

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