by miapowterr (CC)

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Este mes de agosto ha sido un tsunami en lo que a las bolsas de todo el mundo se refiere. Agosto es un mes que tradicionalmente ha sido para los «osos», es decir, que las bolsas de todo el mundo bajan, ya que debido a la época estival y las vacaciones, son muchos los inversores que venden su cartera (o parte de la misma) para obtener beneficios y disfrutar más de sus vacaciones.

Pero este año China ha sido el actor principal en los mercados de valores y ha ocasionado el «lunes negro», un día en el que las bolsas de valores más importantes del mundo han sufrido grandes caídas haciendo saltar todas las alarmas.

Este caso recuerda  a lo vivido en las bolsas europeas con la deuda de Grecia y su posible impago o, mejor dicho, con la salida a la luz pública de la suma total de dicha deuda. Recordando este caso, junto a otros que han provocado otras crisis (las hipotecas subprime de Lehman Brothers), me viene a la cabeza una pregunta:

¿Es que los organismos (o empresas) encargados de vigilar, controlar y auditar el sistema financiero (y sus actores) de las distintas zonas no hacen bien su trabajo? ¿o es que dichos organismos prefieren mirar hacia otro lado mientras el color del parqué es verde?

Recuerdo el caso de Pescanova, que ocultó sus números reales a sus accionista y, supuestamente, a la empresa que la auditaba. O el caso Gowex, cuya habilidad fue obtener rentabilidad de la venta de humo, algo muy común por lo que se puede comprobar, sin que la CNMV ni la empresa auditora de Gowex lo descubrieran. Tuvo que ser una empresa (o entidad) llamada Gotham, la que abriera la caja de pandora.

«Podemos culpar a las empresas y organismos de no hacer bien su trabajo»

En muchos casos, parece que una empresa auditora solo sirve para «confirmar» los buenos resultados de tal o cual compañía, revisando la información (probablemente «maquillada») que la propia compañia auditada le ha facilitado.

Pocas veces se hace una auditoría como debería ser. Recordemos las calificaciones crediticias que empresas como Standard&Poors o Moody’s otorgaban a productos tan dudosos como las hipotecas subprime en EE.UU. Si no lo recuerdas, tan solo decirte que las consideraban un producto muy bueno, rentable y seguro.

«Las hipotecas subprime se consideran el inicio de la crisis del 2008»

¿Cómo no  van a tener esas calificaciones y el visto bueno de las auditorías? Los propios clientes de las auditorias son los auditados. Es como la fábula del rey desnudo, nadie se atrevía a decirle al rey que realmente no llevaba puesto un vestido elegante, sino que iba desnudo. El rey no se entera hasta que lo dice un niño (que siempre dicen la verdad) y es entonces cuando el pueblo sufre la ira del rey.

Pues en los casos comentados pasa algo parecido. La empresa, mercado de valores o producto financiero se piensa que va vestido con sus mejores galas, la auditoría (que puede ser el sastre del rey) lo confirma, el pueblo (los inversores ) se lo creen ya que lo ha dicho el sastre del rey, una persona respetada. Pero cuando va el niño (momento en el que sale a la luz la verdad), el pueblo se asusta por las palabras del muchacho y estalla la crisis.

Otra opción por la que creo que los organismos encargados de vigilar el mundo de las finanzas y, sobre todo los mercados de valores (o bolsas) no actúan correctamente, es para que no sean considerados unos aguafiestas. Antes del lunes negro, la bolsa China creció un 150% en pocos años. Es más, después del lunes negro, aún mantenía un beneficio del 60% de dicho crecimiento. Pues bien, cuesta decirles a todo el mundo en una fiesta que queda muy poco vino, mejor lo rebajamos con agua y que siga la fiesta. Hasta que llega un momento en el que alguien te pilla aguando el vino y se lo dice a los demás, concluyendo así la fiesta y pagando las consecuencias al día siguiente. Esto es lo que pasó con China al comprobar que el valor de las empresas cotizadas en la Bolsa de Pekín, distaban mucho de la realidad.

Pero si pensabas que después de la tormenta, viene la calma, agárrate fuerte porque esto aún no ha terminado. El resfriado chino ha contagiado a los países emergentes y a provocado un desplome de sus monedas. Brasil es un serio candidato a resfriarse y provocar otra crisis en el mercado financiero, a no ser que los organismos de vigilancia hagan correctamente su trabajo e impidan que Brasil estornude. O como mínimo que dicho estornudo no contagie al resto del mundo.

«Esta semana Brasil ha entrado en reseción técnica»

Como conclusión, las empresas y organismos de control y vigilancia del sistema financiero no nos han dado muestras para que confiemos en el trabajo que realizan, sino todo lo contrario. Prefieren pensar que lo que causa la crisis es que se conozca la situación real y prefieren no decir la verdad. Lo que parecen no saber es que la verdad siempre acaba sabiéndose y con su actuación, lo único que hacen es aumentar el problema. Si no se atreven a poner freno a la fiesta en la que se sirve vino aguado, vamos a tener crisis de todos los colores: asiática, europea, de países emergentes, etc.

Por último, aquí tienes un enlace con un artículo de opinión de Niño Becerra tratando el tema de la crisis sistémica:

http://goo.gl/8chq0X

 

Jaume Albors Giménez.

Asesor financiero independiente.

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